Consumir niveles altos de jarabe de maíz de alta fructosa -un edulcorante que se utiliza en muchas bebidas y alimentos- podría aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión.
Esa es la conclusión de un estudio presentado en la conferencia anual de la Sociedad Estadounidense de Nefrología que se realiza en San Diego, California.
Según los investigadores, la reducción en el consumo de los alimentos procesados y bebidas gaseosas que contienen este edulcorante podría ayudar a evitar la hipertensión.
El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) fue creado en los 1970 a partir del almidón, o fécula de maíz.
Es muy similar al azúcar de mesa ya que ambos están compuestos por los mismos elementos del azúcar: glucosa y fructosa, y ambos contienen las mismas cantidades de calorías por gramo.
Sin embargo, los azúcares del JMAF no provienen de la fruta sino de una mezcla altamente purificada de la fécula de maíz, sin los beneficios nutricionales de éste.
Alternativa barata
Como los JMAF son una alternativa más barata que los edulcorantes de caña de azúcar, se usan principalmente en la industria de bebidas gaseosas, alimentos procesados y dulces.
Y su utilización se ha propagado en los últimos 20 años debido a sus propiedades para suavizar la textura, añadir volumen y retener la humedad de los alimentos.
Su uso ha sido vinculado en el pasado al aumento de la obesidad, particularmente en Estados Unidos, donde se consume ampliamente.
Tal como señalan los investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado, en Denver, «el consumo de JMAF ha aumentado paralelamente a las tasas de obesidad que se han incrementado drásticamente en los últimos 20 años».
Pero los autores agregan que «aunque este aumento refleja el incremento dramático en la prevalencia de hipertensión, hasta ahora los estudios no han logrado mostrar de forma consistente un vínculo entre el exceso de JMAF en la dieta y la hipertensión».
En el nuevo estudio los científicos analizaron a 4.528 adultos mayores de 19 años sin historiales previos de hipertensión.
Los participantes llenaron cuestionarios sobre su consumo de JMAF en alimentos como jugos de fruta, bebidas gaseosas, productos de panadería y dulces.
Los científicos encontraron que la gente que consumía o bebía más de 74 gramos al día de JMAF (el equivalente a 2,5 bebidas azucaradas al día) mostraron un mayor riesgo de hipertensión.
Esto quiere decir que una dieta con más de 74 gramos de JMAF al día condujo a 28%, 36% y 87% más riesgo de desarrollar niveles de hipertensión de 135/85, 140/90 y 160/100 mmHg respectivamente. (La lectura normal para la presión arterial es de menos de 120/80 mmHg).
Calorías vacías
«Estos resultados indican que el consumo de alta fructosa en forma de azúcares agregados es significativo y está independientemente asociado a niveles de presión arterial más altos en una población adulta de Estados Unidos sin un historial previo de hipertensión», dice la doctora Diana Jalal, quien dirigió el estudio.
«Se necesitan ahora más estudios para ver si las dietas bajas en fructosa pueden normalizar la presión arterial y evitar el desarrollo de hipertensión», agrega.
Además de los JMAF hay muchas otras formas de endulzar los alimentos y bebidas que consumimos, como la dextrosa, jarabe de caña, jarabe de maple, fructosa, melaza, miel y por supuesto el azúcar de mesa (sacarosa).
Pero la mayoría de estos, afirman los expertos, son «calorías vacías» que no ofrecen ningún valor nutricional.
La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar el consumo de azúcar a menos de 10% del consumo diario de calorías.
Comentarios recientes